Los primeros alimentos que introducir en la dieta del bebé

La introducción de alimentos en la dieta de tu bebé es una de las fases más importantes en su crecimiento. Puede asustar un poco el inicio, queremos que nuestros hijos/as disfruten comiendo y que las comidas familiares se conviertan en un momento agradable en familia, pero tener una relación sana con los alimentos y que coman variado no es un trabajo fácil. Se necesita mucha paciencia, tiempo y un ambiente óptimo.

Recuerda que cada persona es única, con sus características, sus gustos y sus preferencias. Cada vez que se muestra un nuevo alimento, cada vez que lo prueban, que lo tocan y manosean, es una experiencia enriquecedora, aunque de primeras no les guste. Muchas veces, se precisa de muchos intentos para que un bebé acepte un alimento. El truco está en nunca forzar y ajustar el menú del bebé al menú familiar, y ¡tener mucha paciencia!

Desde Bebé Gadis te vamos a contar cuándo y cómo puedes comenzar con la alimentación complementaria. Además, para que tengas un poquito más claro por dónde empezar, te contaremos cuáles son algunos de los primeros alimentos más comunes.

Cuándo empezar con la alimentación complementaria de tu bebé

La primera pregunta que surge es: ¿en qué momento puedo comenzar con la alimentación complementaria? No existe una respuesta correcta, esta edad puede variar ya que cada bebé tiene su propio ritmo.

Según la AEP, la edad recomendada es alrededor de los 6 meses. Es a partir de este momento cuando el aparato digestivo de los más pequeños está preparado para digerir alimentos distintos de la leche. Tal y como te contábamos, cada bebé es un mundo y lo fundamental es empezar poquito a poco.

Ten la tranquilidad de darle cualquier alimento, sin prisa, pero sin pausa. Puedes empezar introduciendo casi cualquier comida, te dejamos alguna idea que puede resultar interesante para tu bebé:

  • Agua, cereales con o sin gluten.
  • Incorporar frutas y verduras blanditas y cocidas.
  • La carne (pollo, ternera…) y el pescado son ideales para continuar ampliando el rango de alimentos y poder ofrecérselos en cachitos pequeños y desmenuzados.
  • Las legumbres, el huevo (una buena opción es dárselo en forma de tortilla francesa en trocitos) y demás lácteos.

Y no te preocupes si tu bebé no come de todos los grupos de alimentos desde el principio, el objetivo es añadirlos progresivamente a medida que crece. Si tienes cualquier duda sobre un alimento en concreto recuerda preguntárselo a tu pediatra.

Consejos para que tu bebé empiece a comer alimentos sólidos

Además de la edad de tu bebé hay una serie de requisitos que debes tener en cuenta para que el momento de incorporar alimentos sea el adecuado. Es importante que tu bebé se mantenga erguido y tenga control sobre su cabeza para mantenerla derecha.

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Otra señal que te puede ayudar es que tu pequeño/a muestre interés por los alimentos cuando tú estás comiendo o si intenta coger la comida con sus propias manos.

Recomendaciones para empezar con la alimentación complementaria

  • Deja que experimente, que juegue y descubra nuevas texturas.
  • Empieza ofreciéndole trocitos pequeños o puedes aplastar la comida con un tenedor dándole forma de papilla.
  • Dale tiempo, que muestre interés o que, en el momento de comer, abra la boca, sin forzarlo.
  • La temperatura es algo que debes tener en cuenta. No puede estar muy caliente, tanto para evitar quemaduras en la boca y manos como para que disfrute de todo el sabor.
  • Incorpora variedades de alimentos. Es preferible dar a probar 2 o 3 de cada grupo y no ofrecerle siempre los mismos.

Se recomienda siempre respetar el ritmo de cada bebé y permitir desarrollar su autonomía según sus posibilidades. Manipular, tocar y probar alimentos por sí solos/as, favorece su desarrollo psicomotor.

Los primeros alimentos de tu bebé

Se pueden seguir unas pautas de manera general como orientación sin imposiciones, individualizando en cada caso según gustos o necesidades nutricionales. Por supuesto, cada bebé es un mundo, y es fundamental seguir las indicaciones de los profesionales de pediatría.

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Para ayudarte a empezar con la alimentación complementaria de tu bebé, desde Bebé Gadis te vamos a dar alguna idea para un comienzo poco a poco y a vuestro ritmo:

Agua

Ofreceremos agua tras cada comida y la dejaremos siempre a su vista. Darle agua a tu bebé lo ayudará a ingerir estos nuevos alimentos de forma más sencilla además de mantenerlo hidratado para cuidar su organismo.

Cereales

Los cereales con o sin gluten son una muy buena opción para empezar con sólidos en la alimentación de tu bebé. Mezclados con la leche materna o de fórmula son un buen alimento para que el cuerpo del pequeño absorba los nutrientes y vitaminas necesarias para su desarrollo, además de aportar una buena cantidad de hierro y ser una muy buena fuente de fibra.

Fruta

La fruta es otro de los mejores alimentos con los que empezar gracias a sus vitaminas. Ofrécele fruta fresca y de temporada. Dos buenas opciones que puedes elegir son el plátano o la manzana. En el caso del plátano, puedes dárselo a tu bebé deshecho con un tenedor o en trocitos pequeños. La manzana es perfecta en forma de compota: córtala en trocitos, caliéntala en el microondas y aplástala con un tenedor.

Verdura

Un grupo de alimentos muy completo en vitaminas y sales minerales que puedes ofrecer de diferentes formas. Puedes dárselas cocidas, al valor, en forma de puré… Hay verduras muy blanditas, como el brócoli o la patata, que son muy buenas opciones para empezar a añadir sólidos a la dieta si tienes miedo a hacerlo con otros alimentos.

Carne

Es bueno empezar con pequeñas cantidades ya que la carne aporta hierro y cinc. Una buena opción es el pollo, ya que es muy blandito. Una forma muy fácil de prepararlo es coger la pechuga, cocerla y desmenuzarla o darle forma de palitos mezclándola con verduras.

Pescado

Se debe fomentar el consumo de pescado, ya que favorece el desarrollo del sistema neurológico. Puedes cocinar un poco de merluza y desmenuzarla para que pueda probarla cogiéndola con sus manitas.

Añade aceite de oliva virgen extra en cada comida.

Incorporar alimentos de forma progresiva en la dieta de tu bebé le ayudará a conocer nuevas texturas y sabores. Recuerda que esto es un camino en el que hay que ir paso a paso.

Artículo escrito en colaboración con AGaEP, la Asociación Galega de Enfermaría Pediátrica.

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Consejos para el cuidado del pecho durante la lactancia materna

El tipo de alimentación que escogemos para nuestros hijos/as es una decisión individual que cada madre debe tomar llegado el momento.

La lactancia materna presenta innumerables beneficios a corto, medio y largo plazo tanto para tu salud como para la de tu hijo/a; pero es bueno que antes de comenzar conozcas la técnica de lactancia, es decir, la forma de dar el pecho y la valoración de la toma, para que se inicie y establezca de manera satisfactoria y que puedas cuidarte a ti y a tu bebé.

Desde Bebé Gadis queremos darte algunos consejos y recomendaciones para que cuides de tu pecho.

Recomendaciones durante el momento de lactancia

El cuidado del pecho debe comenzar desde el primer momento en el que colocas a tu hijo/a al pecho, con una técnica de lactancia correcta para evitar dificultades.

Respecto a la higiene de la zona, es suficiente con tu ducha y/o baño diario, además de tu crema hidratante, libre de perfume, para permitir que tu bebé te reconozca por tu olor.

Finalmente, es esencial tener en cuenta que dar el pecho no debe doler y que el dolor significa que puedes tener algo que corregir o que debes acudir a un profesional sanitario con conocimientos en lactancia.

Postura y posición durante las tomas

El primer paso para dar el pecho es encontrar una postura cómoda para ambos y que al mismo tiempo le permita a tu hijo/a alimentarse de manera correcta. Para ello presta atención a la posición de tu bebé y a tu postura.

En nuestro blog encontrarás información sobre las diferentes posturas que existen y que puedes adoptar para dar el pecho. Descubre aquí más información sobre Cómo alimentar a tu bebé recién nacido.

Colocación de la boca del bebé: todo lo que debes tener en cuenta

Una vez que estéis los dos cómodos, es el momento del agarre. En primer lugar, ofrece el pecho a tu hijo/a despertándole el reflejo de búsqueda. Para ello, apoya tu pezón sobre su labio superior y ante este estímulo táctil tu hijo/a extenderá la cabeza un poquito hacia atrás y abrirá la boca. En ese momento acerca a tu bebé con decisión al pecho para que tu pezón entre en su boca siguiendo la dirección del paladar en lo que llamamos agarre asimétrico. Una vez que afiance el agarre comenzará a succionar.

Es importante que la boca del bebé abarque la totalidad de la areola del pecho y no solo el pezón, esto es necesario para una buena transferencia de leche.

Hay niños/as en los que el labio inferior puede quedar invertido y no succionar bien, siendo necesario recolocarlo, por ello es importante siempre revisar que todo esté correcto.

Cuando el bebé esté saciado y termine de comer, soltará el pecho o irá dejando de mamar sin soltarlo, sepárate con cuidado.

Recuerda que dar el pecho no debe doler. El dolor es un signo de que algo no va bien, acude a tu profesional sanitario de referencia y con conocimientos en lactancia, para que te ayude.

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Es recomendable que te informes ya durante tu gestación para llegar al nacimiento de tu hijo/a con toda la información correcta y necesaria.

Consejos para el cuidado de los pezones

A continuación, ofrecemos una serie de consejos para el cuidado de los pechos y pezones durante la lactancia materna:

Antes de dar el pecho

No hace falta que limpies el pecho antes de dar de comer a tu bebé. Con tu higiene diaria es suficiente.

Lavado de los pechos

Sigue una rutina de higiene normal, no es necesario que los laves ni más ni menos que antes. En la areola se encuentran los tubérculos de Montgomery, unas pequeñas glándulas que producen una secreción que protege tu pecho de dentro hacia fuera, por lo que es recomendable que los laves con agua, sin añadir ningún jabón ni gel que puedan destruir esta hidratación natural. Si prefieres utilizar algún gel que sea de pH neutro.

Secado de los pezones

No hay problema en que los pezones se sequen al aire. Si quieres secarlos, hazlo con una toalla suave de algodón dando pequeños toquecitos sin arrastrar la piel.

Discos absorbentes o de lactancia

Si tienes oportunidad lo más aconsejable es que los pechos se sequen al aire libre, sin discos y sin nada que genere roce o maceración. Si no es posible hacerlo así, se recomienda usarlos de algodón y cambiarlos regularmente para evitar que se humedezcan demasiado y puedan dar lugar a una infección.

¿Qué es la mastitis y cómo prevenirla?

Si has decidido alimentar a tu hijo/a con leche materna puede que hayas oído hablar de las mastitis. Las mastitis son una inflamación/infección en el pecho que afecta a un pequeño porcentaje de mujeres que lactan. Consiste en la inflamación/infección de la mama, causada por un mal drenaje del pecho o un desequilibrio en la flora de tu pecho.

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¿Cómo sé si padezco mastitis?

Dependiendo del tipo de mastitis tendrás una serie de síntomas diferentes. La mastitis más frecuente es la mastitis aguda que cursa con fiebre, dolor, enrojecimiento en una zona del pecho, inflamación y malestar general. Suele ser unilateral, es decir, producirse en un solo pecho.

Para prevenir las mastitis es importante:

  • Drenar bien el pecho durante la toma. Si el bebé no mama bien tendrás que servirte de la extracción.
  • Utilizar los sujetadores recomendados para la lactancia: sin aros, con tirantes anchos y de la talla adecuada, asegurando que el pecho está bien recogido, pero no oprimido de más.

Ante cualquiera de estos signos descritos, dolor en el pecho y/o sensación de falta de leche, acude a tu profesional sanitario de referencia con conocimientos en lactancia.

Esperamos haberte ayudado con estas recomendaciones para cuidar y proteger tu pecho durante la lactancia materna. Si todavía tienes alguna duda puedes revisar nuestra sección de consejos, allí encontrarás más información.

Artículo escrito en colaboración con AGaEP, la Asociación Galega de Enfermaría Pediátrica.

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Cómo debe dormir un recién nacido: posiciones y consejos para que duerma de forma segura

El sueño es un proceso evolutivo que empieza desde que el bebé está en el útero. Dormir bien es el resultado de una combinación de biología, apego y actitud, y como todo, se necesita crear una higiene del sueño para conseguir que este sea reparador. El sueño es esencial para el desarrollo, control de temperatura y tiene una función reparadora en el organismo, ya que restaura los procesos corporales y, sobre todo en el caso de los niños, ayuda a fijar aprendizajes.

Durante el primer año de vida del bebé, el sueño cambia y se adapta a las distintas etapas de crecimiento del bebé. Cada persona tiene unas necesidades específicas de horas y profundidad de sueño, y hay, de hecho, varios tipos de dormidores:

  • Dormidores cortos: necesitan pocas horas de sueño para rendir bien durante el día.
  • Dormidores largos: necesitan más horas de sueño
  • Dormidores alondra: necesitan acostarse y levantarse temprano.
  • Dormidores tipo búho: trasnochan y se levantan tarde.

Cuando llega la hora de dormir de tu bebé, puede que no sepas cuál es la posición correcta en la que debes colocarlo. Desde Gadis queremos darte algún consejo para que duerma de forma cómoda y segura. ¡Sigue leyendo!

La mejor posición para dormir de un recién nacido

Lo primero que tienes que saber es que existen 3 posiciones habituales: boca arriba (decúbito supino), de lado o boca abajo.

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La Asociación española de Pediatría, recomienda que la mejor posición para que un recién nacido duerma es boca arriba y se debe evitar colocarlo boca abajo siempre que sea posible. Te contamos un poco más sobre estas tres posturas:

Boca arriba

Esta posición es la recomendada por los expertos. Cuando colocas a tu bebé en esta posición, consigues mantener sus vías respiratorias libres y despejadas para que pueda respirar correctamente.

Boca abajo

Esta posición no está recomendada ya que cuando colocas al bebé boca abajo existe la posibilidad de obstruir las vías respiratorias y que no inhale la cantidad de oxígeno que necesita.

De lado

Esta posición puede ser una alternativa para que el bebé duerma en una posición diferente pero siempre que haya un adulto vigilándolo ya que podría girarse y colocarse boca abajo.

Consejos y pautas para que el bebé duerma de forma segura

Para que un bebé duerma de forma segura debes tener en cuenta algún que otro factor que no sea la posición.

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Tanto si optas por colechar (compartir cama con tu bebé), o duerme en su cunita, hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta:

Usar un colchón plano y firme. Si utilizas un colchón blando, es posible que tu bebé se mueva él solo y acabe colocado en una postura que dificulte su descanso. Por eso es importante que en la cuna incorpores un colchón con la dureza adecuada para que descanse y duerma tranquilo y seguro.

Asegúrate de que la cuna está libre de objetos. Dejar libre su lugar de descanso es clave para evitar que ningún objeto o juguete pueda ocasionar asfixia u otro problema mientras duerme, ni tampoco utilizar reductores ni almohadas

No lo abrigues demasiado. A veces se puede pensar que el bebé pasa frío por la noche, pero es recomendable no abusar de mantas o colchas que puedan acabar cubriéndole la cabeza o aumentando de forma excesiva su temperatura corporal.

Empieza a crear una rutina. El objetivo es que relacione la noche con la hora de dormir y que acabe durmiéndose él solo con el tiempo. ¿Cómo hacerlo? Puedes crear rutinas de baño, cena, cepillado de dientes (si tienen) y cuento antes de ir a dormir, y así el bebé va asociando esos momentos a la hora de dormir. También puedes ayudarle a relajarse utilizando caricias, un pequeño masaje, cantándole una nana, etc.

Usa luz tenue o a oscuras y evita las pantallas. Estímulos fuertes como el uso de pantallas, luces encendidas o sonidos estridentes antes de acostarse pueden ocasionar que el bebé tarde más en conciliar el sueño, ya que se inhibe la secreción de melatonina que ayuda a dormir.

El sueño y la lactancia materna. La leche materna cambia algunas de sus propiedades por la noche para favorecer el sueño nocturno de los bebés y sus mamás, como pueden ser la prolactina y la melatonina, que actúan como inductores del sueño.

Colecho seguro

Compartir cama para dormir es una decisión de cada familia, incluso hay culturas, como la japonesa, en la que los niños y las niñas comparten cama con sus padres hasta los 5 o 6 años. Si optas por hacer colecho, es necesario hacerlo de forma segura, así que basándonos en las recomendaciones de Unicef y la Asociación Española de pediatría, os damos unas pautas:

  • No coleches si fumas. Los efectos perjudiciales del tabaco afectan a los bebés, incluso aunque no se fume delante de ellos.
  • No consumir alcohol, drogas o fármacos sedantes si vas a colechar.
  • Evita colechar en casos de cansancio extremo.
  • No compartir cama con hermanos pequeños ni mascotas durante el primer año de vida del bebé.
  • Evita colechar si el bebé es prematuro o de bajo peso al nacer, al menos hasta que el bebé tenga tres meses de edad corregida.

El sueño en las primeras edades del bebé

Cuando los más pequeños van creciendo, las horas de sueño se reducen. El sueño de los bebés evoluciona constantemente, y para los padres y madres puede parecer un camino larguísimo de recorrer.

Desde Bebé Gadis queremos que conozcas un poco más sobre el tiempo que tu bebé dedica al descanso para que puedas crear una rutina a medida que va creciendo.

De 0 a 4 meses

Un recién nacido no distingue entre el día y la noche, y se pasará la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo, ya que su estómago es pequeñito y necesita alimentarse frecuentemente. Pasan unas 17-18 horas durmiendo, pero esto puede variar de bebé a bebé. Además, el sueño en esta etapa es poco profundo y es difícil que duerman muchas horas seguidas.

De 4 meses a 8 meses

Poquito a poquito, el bebé irá distinguiendo el día de la noche, y a partir de los 4 meses suelen empezar a dormir más de noche que de día. Es en este momento, cuando reduce sus horas de sueño nocturno entorno a unas 12 horas, y se empiezan a espaciar durante el día.

Sin embargo, ¡eso no quiere decir que el bebé no se vaya a despertar por la noche para comer! Igual que la alimentación, el sueño en esta etapa es a demanda y el sueño sigue siendo muy ligero. Si tu bebé es de los que duerme toda la noche… ¡aprovecha!

De 8 meses en adelante

A partir de los 8 meses, más o menos, empieza el proceso de maduración del sueño, los bebés se despiertan y quieren comprobar que sus padres están cerca. Es algo natural y biológico. Durante el día, todavía necesitan pequeñas siestas, pero dependerá de la rutina de sueño que haya adquirido. Un pequeño consejo que puedes seguir para que tu bebé duerma las noches completas o casi, es mantenerlo activo durante el día.

Recuerda que cada bebé tiene su ritmo y si no logras crear una rutina, no te desesperes. Puedes recurrir a profesionales que te ayudarán a conseguir que el pequeño descanse y a que tú puedas hacerlo también.

Artículo escrito en colaboración con AGaEP, la Asociación Galega de Enfermaría Pediátrica.

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Primeros pasos de mi bebé: etapas, ejercicios y consejos

Uno de los momentos más esperados es cuando tu bebé empieza a dar sus primeros pasos. Es un gran hito en el que tu pequeño se encontrará con nuevos retos y queremos acompañarte en esta experiencia a través de consejos y recomendaciones que puedes aplicar.

¿Cuándo empieza mi bebé a caminar?

Sentimos decirte que no hay una fecha exacta, los bebés pueden empezar a dar sus primeros pasos cuando tienen entre 9 y 18 meses. Cada uno de ellos crece y se desarrolla a su ritmo, así que, no te preocupes si tu pequeño tarda más o menos que otro.

El instante en el que el bebé decide empezar a caminar suele estar condicionado por una serie de factores como:

  • El estado físico en el que se encuentra, la fuerza que ya ha desarrollado.
  • Las inquietudes que él tenga, el nivel de curiosidad que muestre hacia el mundo que lo rodea.
  • El espacio del que dispone para poder moverse.

Existen señales que indican que el bebé está preparado para empezar a dar sus primeros pasos. Te indicamos algunas de ellas:

Momento previo a los primeros pasos del bebé

No hay una guía donde se muestre qué hacen todos los bebés antes de caminar. Cada uno de ellos pasará por las etapas que necesite como reptar o gatear antes de ponerse a caminar por todos lados. Es posible reconocer algunos movimientos que puede que tu bebé realice cuando se vea preparado.

Reptar. Cuando tu bebé ya ha pasado el “momento juegos” boca arriba, querrá estar tumbado mirando hacia el suelo. En esta posición lo que intentará será levantar la cabeza y las piernas, aprenderá a coordinar brazos y piernas, aumentando así su fuerza y fortaleciendo su columna vertebral.

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Gatear. El gateo es una fase por la que no todos los bebés pasan. Cada bebé elige el camino que le resulta más fácil hasta llegar a mantenerse de pie. Además, hay que tener en cuenta que no existe un único modo de gatear, y que cualquier tipo de gateo es beneficioso.

El gateo proporciona una serie de ventajas:

  • Mejora la percepción visual espacial.
  • Mejora el equilibrio.
  • Favorece la estabilidad articular.
  • Hay bebés que comienzan a desarrollar el proceso de lateralización.
  • Desarrolla el patrón cruzado, que permite el desplazamiento corporal organizado.

Por otro lado, no hay problema si tu hijo/a no gatea. El desarrollo es un proceso variable y no todas sus etapas son obligatorias. Si no gatea y pasa a andar directamente, no va a tener ningún tipo de retraso psicomotor ni lesiones futuras.

Por lo tanto, no es necesario obligar a gatear ni sufrir porque nuestro bebé no lo haga, pero ¡ojo! Sí debe tener la oportunidad de hacerlo. Es muy importante que los bebés hagan mucha vida en el suelo y que puedan experimentar y desarrollar el movimiento libre.

Marcha. Existen dos tipos de marchas, la asistida y la independiente. Cuando hablamos de la marcha asistida el bebé precisa tu atención, quiere sujetarse a cosas que encuentre a su alrededor o incluso avanzar con tu ayuda. Y en el caso de la marcha independiente, el pequeño empezará a dar pequeños pasos hasta mejorar su técnica.

Es habitual también que, antes de empezar con las marchas, aprendan a levantarse y a sentarse ellos solos y, sobre todo, a desarrollar el equilibrio manteniéndose de pie apoyados en algún elemento que los rodee.

Cómo elegir el mejor calzado para tu bebé

Los bebés no necesitan zapatos para andar, de hecho, siempre que sea posible, deben estar descalzos, para desarrollar su pisada, mejorar su estabilidad y estimular la propiocepción, que es la capacidad que tiene el cebero de saber en qué posición se encuentra cada parte de nuestro cuerpo.

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El calzado, una vez que los bebés tienen marcha estable, debe tener una serie de características básicas para que respete la marcha.

  • Horma anatómica, para que los deditos tengan espacio para moverse en el zapato.
  • Suela flexible, para que el pie dirija al zapato y no al revés.
  • Suela fina, con contacto directo con el suelo.
  • No tener contrafuerte detrás, para así dejar el tobillo libre.
  • Plantilla extraíble y sin arco.
  • No drop! Misma altura del zapato en la puntera que en el talón.
  • Transpirable, flexible y adaptado al pie.
  • Fáciles de poner y quitar.

Todas estas características, por supuesto, son para niños sin patologías, y se requiere siempre de valoración por parte de un profesional.

7 Consejos para ayudar a tu bebé en sus primeros pasos

Desde Gadis queremos acompañarte para disfrutar al máximo la experiencia de los primeros pasos de tu bebé y para ello te contamos 7 consejos que te pueden ayudar:

  1. No hay prisa. Es importante no apurar al bebé. Como acabamos de ver hay diferentes fases por las que puede ir pasando y es importante que las consolide. En estas etapas el bebé irá fortaleciéndose, ganando confianza y entendiendo poco a poco los movimientos que realiza. Antes o después empezará a mostrar interés por moverse.
  2. Interactúa y conecta con tu bebé. Los primeros pasos de tu bebé son una etapa muy bonita que, si puedes, debes intentar disfrutar junto a él. Interactúa, juega, muévete… lo pasaréis muy bien juntos y, además, el bebé se sentirá más confiado si tú estás cerca.
  3. Descalzo mejor. Siempre que sea posible se recomienda que los bebés y niños caminen descalzos. Si los primeros pasos son en casa (o sobre un terreno cómodo y no frío), será mucho más beneficioso para su salud podal que sean sin zapatos, para mejorar la movilidad y fortalecer todos los músculos del pie.
  4. Evita los peligros. Vigila todo lo que empezará a estar a su disposición. Todo le llamará la atención y todo será un nuevo atractivo para él, por ello es preferible que no quede nada a su alcance que pueda ser un riesgo. Además, deberás estar pendiente de otros detalles como puertas, cajones…
  5. Amóldate a su rango de visión y movilidad. Cuando necesite ayuda porque se ha caído o necesita un punto de apoyo, lo más recomendable es agacharse y amoldarse a su altura, para que no tenga que realizar un sobresfuerzo levantando los brazos para llegar a ti.
  6. El uso de andadores está desaconsejado. Se desaconseja el uso de andadores, ya que aumentan las posibilidades de caída y fomentan una postura corporal que no es la correcta para los bebés.
  7. Probando diferentes sensaciones. Cuando ya se haya lanzado a dar los primeros pasos es recomendable que pruebe diferentes terrenos: campo, arena, alfombras… todo ayudará a mejorar su sensibilidad y experiencia.

 Por último, recuerda que habrá caídas y tropiezos, pero es parte del aprendizaje. Por eso es muy importante no alterarse cuando se produzca alguna caída, para que el bebé no tenga miedo la próxima vez que lo intente.

Estos son consejos que pueden ayudarte a ti y a tu bebé a que dé sus primeros pasos, pero recuerda que será él quien marque el ritmo.

Artículo escrito en colaboración con AGaEP, la Asociación Galega de Enfermaría Pediátrica.

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